Manchas de acné: tipos y cómo prevenirlas

Las manchas de acné son imperfecciones de la piel que han sido dañadas como resultado de la inflamación y la ruptura de los folículos pilosos durante un brote de acné. Estas manchas pueden variar en apariencia y gravedad, así que pueden persistir después de que el acné en sí mismo haya desaparecido.

El acné, aunque es más frecuente durante la pubertad, puede manifestarse en cualquier etapa de la vida, pues los cambios hormonales también desempeñan un papel crucial en su desarrollo.

Las manchas de acné están relacionadas principalmente con la obstrucción de los poros debido a infecciones y acumulación de suciedad, que provocan lesiones cutáneas que causan irritación en la superficie de la piel. Esta irritación puede dar lugar a una mancha oscura en la piel al contener las células afectadas más melanina. Debido a ello, es recomendable utilizar protector solar diariamente para prevenir el empeoramiento de las manchas y proteger la piel de los daños causados por el sol.

Asimismo, se recomienda llevar a cabo regularmente una limpieza facial con un limpiador o exfoliante suave para eliminar el exceso de grasa y células muertas de la piel para desatascar los poros. Existen en el mercado cremas con ingredientes activos como el ácido glicólico, ácido láctico, ácido salicílico, niacinamida, vitamina C o retinoides que ayudan a tratar las manchas producidas por el acné. Además, la utilización de productos despigmentantes, que contienen hidroquinona o arbutina, contribuyen a reducir la pigmentación.

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En cualquier caso, la prevención es la clave para evitar futuras manchas de acné. Así que seguir una buena rutina de cuidado de la piel y, sobre todo, evitar exprimir las espinillas puede ser muy beneficioso.

Después de tratar un brote de acné, y dependiendo del método empleado, es posible que queden marcas residuales que, si no se manejan adecuadamente, podrían convertirse en manchas y/o cicatrices faciales, así que mantener una buena rutina de cuidado de la piel puede ayudar a prevenir futuras manchas y cicatrices de acné.

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5 consejos básicos para prevenir las manchas de acné

A continuación, ofrecemos cinco consejos básicos para prevenir las manchas de acné:

  1. Limpieza regular. Lava tu rostro al menos dos veces al día con productos adecuados para tu tipo de piel (seca, grasa o mixta).
  2. Evita exprimir los granos. No aprietes los granos, ya que esto puede empeorar la situación al permitir que el pus y las bacterias penetren más profundamente en la piel y dañen el colágeno.
  3. Protección solar. Evita la exposición excesiva al sol, ya que los rayos ultravioleta pueden oscurecer las manchas y cicatrices del acné.
  4. No fumar. El tabaco afecta la oxigenación adecuada de la piel, por lo que es importante evitar fumar para mantener una piel más saludable.
  5. Consultar a un profesional. En caso de que el brote de acné sea más profundo, es recomendable acudir a un dermatólogo o un especialista en estética para un diagnóstico personalizado y tratamiento del acné.

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A la hora de eliminar las manchas de acné es necesario que previamente se realice un examen exhaustivo de cada tipo de piel para poder determinar el tratamiento que mejor se adapte a las necesidades del cliente. En este sentido, cabe señalar que la efectividad de los diversos métodos varía según la persona y la gravedad de las manchas.

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Tipos de manchas causadas por el acné

Para eliminar las manchas causadas por el acné es necesario que previamente se determine qué tipo de manchas se han producido. A continuación, se enumeran los tres tipos de manchas más característicos.

  1. Melasma. El melasma es una afección de la piel que se caracteriza por la aparición de manchas marrones o grises en áreas del rostro, generalmente en la frente, mejillas, nariz y labio superior. La mancha de melasma es más común en las mujeres y en aquellas personas que tienen un tono de piel más oscuro. Estas manchas suelen ser simétricas y pueden variar en tamaño y forma. La exposición al sol es uno de los factores desencadenantes del melasma, por lo que es recomendable una protección solar adecuada para prevenir y tratar esta afección.
  1. Lentigos solares. Son manchas planas y pequeñas en la piel que se caracterizan por ser de color marrón o negro. Suelen producirse principalmente por la exposición al sol a lo largo del tiempo. Para prevenir la formación de lentigos y proteger la piel del daño solar, se recomienda el uso regular de protector solar y tomar medidas para limitar la exposición al sol, como usar ropa protectora y sombreros.
  1. Hiperpigmentación postinflamatoria (HPI). Se trata de una condición de la piel en la que determinadas zonas se oscurecen o se pigmentan de manera irregular como resultado de la inflamación previa o lesiones en la piel. Su color varía entre el rosa, el rojo y el marrón oscuro. Las principales causas de hiperpigmentación postinflamatoria son:
  1. El acné. Tras hurgar o eliminar un grano o una espinilla pueden aparecer, mientras la zona va sanando, manchas de HPI.
  2. Lesiones cutáneas. Quemaduras, cortes, raspaduras u otras lesiones en la piel a medida que ésta se recupera.
  3. Reacciones a tratamientos o procedimientos cutáneos. Algunos tratamientos dermatológicos, como la depilación láser o la exfoliación química, pueden causar HPI temporal como parte del proceso de curación.

El uso de protector solar es esencial para prevenir una mayor pigmentación y ayudar a que las manchas existentes se desvanezcan más rápido. 

Si la mancha de acné se presenta en forma de pequeña hiperpigmentación es posible que desaparezca en un periodo de entre tres meses y dos años si se realiza una exfoliación suave frecuente y se emplea una crema solar adecuada.

Esto va a depender básicamente de dos factores: la edad y el color de la mancha. Cuanto más joven sea la persona, más rápidamente se regenerará la piel al contener la dermis más elastina y colágeno.

En cuanto al color de la mancha, cuanto más oscura sea más pigmentación tendrá, por lo que será más difícil eliminarla. Las manchas rosas o rojas son más fáciles de eliminar porque sólo afectan a las capas más superficiales de la piel y acumulan poca melanina.

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